En el corazón del suroeste antioqueño, donde la imponente silueta del Cerro Tusa domina el paisaje, un descubrimiento botánico ha sorprendido a la comunidad científica. Gracias a una meticulosa investigación liderada por el biólogo Saúl Hoyos y su equipo, se confirmó la existencia de una especie de planta nunca antes documentada. Este hallazgo resalta la riqueza natural de Colombia y subraya la importancia de la conservación ambiental en una región de gran valor ecológico y cultural.
La investigación, que implicó numerosos recorridos por la base del Cerro Tusa y el análisis de datos con expertos de diversas partes del mundo, reveló que la planta descubierta no estaba registrada en ningún herbario ni base de datos científica global. La identificación de esta nueva especie es resultado de una mirada cuidadosa y de un esfuerzo de preservación promovido por Comfama, Activa y la Gobernación de Antioquia, quienes han trabajado en la protección de esta montaña sagrada.
Colombia es reconocida como uno de los países con mayor biodiversidad del mundo. Según el Instituto Humboldt, alberga el 11% de la biodiversidad global, con más de 31.000 especies de plantas registradas. Sin embargo, la ciencia estima que alrededor del 15% de las especies vegetales aún no han sido descubiertas.
El 19 de diciembre de 2020 marcó un hito en la historia del Cerro Tusa. Durante una caminata de reconocimiento, Saúl Hoyos y el arqueólogo Pablo Aristizábal notaron una planta de color vibrante que destacaba entre la vegetación. Intrigados, realizaron la primera recolección para su estudio detallado.
Lo que inició como una simple observación se convirtió en un proceso riguroso de investigación y validación. Para confirmar que se trataba de una especie nueva, los científicos debían cumplir varios pasos, incluyendo la recopilación de ejemplares completos con información detallada sobre su hábitat, morfología y características distintivas. Además, se comparó con miles de registros botánicos de herbarios internacionales para descartar que hubiera sido previamente descrita.
“Iba recolectando lo que me llamara la atención durante las salidas de campo”, relata Hoyos, quien además de ser biólogo, es botánico y fotógrafo. Sus recorridos por el Cerro Tusa, entre rocas, pasto y líquenes, fueron clave para documentar la nueva especie.
Este descubrimiento no solo enriquece el conocimiento botánico de la región, sino que también destaca la importancia de proteger y conservar los ecosistemas locales. El Cerro Tusa, además de su valor cultural e histórico, ahora se reafirma como un punto de interés científico que guarda secretos aún por descubrir.