Debido a lo apretada que se encuentra la agenda legislativa en este cierre de legislatura, la mesa directiva de la Cámara de Representantes anunció que citarán a sesión plenaria el próximo lunes festivo, 10 de junio. Una medida poco convencional pero que responde a la necesidad de arrancar con el último debate de la reforma pensional.
El proyecto debe superar la totalidad de este último debate y luego la conciliación de textos entre Senado y Cámara antes del 20 de junio. De no ser así, se hundirá. Quedan dos semanas en las que, además, se debe elegir al contralor general.
Los sectores de la oposición, que han mostrado abiertamente estar en contra de esta reforma, saben que el Gobierno no tiene fácil poder sacar adelante este último debate de la reforma y, en consecuencia, han empezado a poner en marcha una estrategia para complicar aún más el trámite. Lo primero fue que el Centro Democrático interpuso una tutela pidiendo que se suspenda la discusión por falta de garantías.
El Gobierno y los promotores de la reforma en Cámara dicen que confían en que podrán culminar con el trámite para que se convierta en una realidad.